Facundo
Hoy deambule con el placer estancado en mi mente,
camine horas arduas y sofocantes por la espesura del sol,
divague sin rumbo fijo a los idilios del éxtasis
y nada encontré,
solo un ave quieta en mi paso divise,
era un ave de un tamaño que imponia presencia
en su pecho dorado sugetaba unas llaves plateadas
que al agitar sus alas rimbombaban cadenciosamente.
Reposado en una piedra milenaria
el ave dibujaba su camino y su próximo destino
¡Cuál es tu nombre replique!
¡Facundo! respondio con su mirar dirigido hacia la lontananza
-soy el ave astral que dirige el rumbo del caminante incierto-
Facundo voló hacia la copa de un arrayán antiguo
desde donde narraba sus andanzas con locuacidad.
No soy del norte ni del sur, ni del este y oeste
soy de la ubicuidad de tu pensamiento,
puedo ser todo lo que tu quieras
pero a la vez puedo ser solo un sueño.
Soy el cegador de los trigales perdidos
el labrador de los campos raídos
a veces logro ser el opresor de tus conductas
pero también el impulsor de tus deseos inhibidos,
Soy ambivalente como el vaivén de la corriente.
¡Facundo me dicen!
Viajo vertiginoso y en vuelos nocturnos,
ya que así, no cuetionan mi paso incierto,
quiciera detenerme en un bureo a rememorar aquellos días
¡Pero no hay tiempo!
La vida se nos va como el momento
no puedo perder ese presiado lapso de mi residir,
mis alas plateadas y luminosas
el valle de placeres inundaran.
Y en un vuelo centenario y abigarrado por lo turbio de la noche
de alas filosas me vestiré,
donde rasgare las aguas y tierras baldías
para así llegar a las postrimerías de mi esperado camino.
No soy de aquí, ni de allá
soy de ambos lados.
Vivo en lo recondito de tus fantasias privadas
pero despierto en lo dudoso de un andar perdido.
¿Por qué Facundo no me ayudas a decidir y a crear un digno camino?
¿Por qué no me das el poder de volar y de percibir lo que tu conoces?
-Son muchas las preguntas mi querido amigo; con gusto te ayudaría-
ten mi llave, y abre tu mente, y decide por ti sin contrariarte
guía tu camino hacia la ruta que has imaginado siempre
y tu vuelo te hará conocer, lo que yo aún no logro percibir ni entender.
Facundo voló raudamente con el tiempo entre sus garras.
A lo lejos sus alas bulliciosas se oían divagar por la ciudad
y en un su viaje cósmico, dejo una herencia fecunda
tallada en el tronco de un arrayán dormido.
Facundo se volatilizo como la niebla.
Y tal como de lo impensado llego
así como en lo inesperado se marcho.
No soy del norte ni del sur, ni del este y oeste,
soy de la ubicuidad de tu mente
y de todo, y de todo.
De lo que de ella provenga...
Yantén.
Jamás verás el mismo día o un similar atardecer, no te podras bañar por segunda vez en el mismo río.
solo el cambio es constante y perceptible para aquél que se de el tiempo de experienciar lo que otros pasan por desapercibido.
Esa es la conciencia que hay que privilegiar, esa que esta más allá de lo aparente.
Yantén.
solo el cambio es constante y perceptible para aquél que se de el tiempo de experienciar lo que otros pasan por desapercibido.
Esa es la conciencia que hay que privilegiar, esa que esta más allá de lo aparente.
Yantén.
Zunilda
Era una tarde lluviosa y humedecida
donde el sol encadenado a nubes, se hallaba
el viento furibundo y descontrolado soplaba
y tras los acantilados y montañas grises
una energía revitalidadora resurgía
en el lugar donde una luz centellante despertaba
entre tinieblas y espectros siniestros,
era la llama fulgurosa de una mujer eterna
la que diseminaba de dicha esta tierra infecunda
esa es Zunilda, la luz que cura del aciago
aquella reina inexpugnable
que gobierna en sus templos etéreos,
la que cabalga en su caballo milenario
dejando huellas en la rivera del alma.
Divina y omnipresente mujer,
en tu fuente esporadica mojas tu tiempo
y en una esfera cósmica, quedara arraigada tu presencia
aquella colapsada de emociones y vivencias idilicas.
Zunilda, mi espada poderosa y legendaria
tus tormentos vencera,
y tu quimera rebosante de esa realidad esperada
tras los zafiros perpetuos encendera,
mientras tu martillo emotivo y rimbombante
golpea las puertas de tu añorado hogar,
donde tu nieto inquieto y lleno de esperanzas
espera tu pronto y magnánimo llegar...
El Nano
Era una tarde lluviosa y humedecida
donde el sol encadenado a nubes, se hallaba
el viento furibundo y descontrolado soplaba
y tras los acantilados y montañas grises
una energía revitalidadora resurgía
en el lugar donde una luz centellante despertaba
entre tinieblas y espectros siniestros,
era la llama fulgurosa de una mujer eterna
la que diseminaba de dicha esta tierra infecunda
esa es Zunilda, la luz que cura del aciago
aquella reina inexpugnable
que gobierna en sus templos etéreos,
la que cabalga en su caballo milenario
dejando huellas en la rivera del alma.
Divina y omnipresente mujer,
en tu fuente esporadica mojas tu tiempo
y en una esfera cósmica, quedara arraigada tu presencia
aquella colapsada de emociones y vivencias idilicas.
Zunilda, mi espada poderosa y legendaria
tus tormentos vencera,
y tu quimera rebosante de esa realidad esperada
tras los zafiros perpetuos encendera,
mientras tu martillo emotivo y rimbombante
golpea las puertas de tu añorado hogar,
donde tu nieto inquieto y lleno de esperanzas
espera tu pronto y magnánimo llegar...
El Nano
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4:52 PM
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