pintura de Rembrandt.
GIRAN
Ruedan los melones
Hacia las costas y arenales
Pretendiendo alcanzar la lontananza
De aquella playa dorada y amarga
Mientas entre los muelles prohibidos
Los ventaninos faenan su verde intenso
Desde una ventana obnubilada y empañada
Maquinan aquel jolgorio nocturno y bullicioso
De noches turbias y adictivas.
Las botellas giran por la vía
Diseminadas de sueños y vivencias atoradas
Como algas atascadas en la orilla de esta playa
Que disfrazada de ninfa etérea
No logra recuperar su cuerpo desgastado
Ni su conciencia empañada, de sorbos lujuriosos
Que solo en las lomas se percibe
El advenimiento de la cordura olvidada.
Solo el exceso tiene lugar y residencia
La prudencia descansa fuera de estas tierras agrias.
Ventaninos de alma y de ocasión
Nunca el infierno lo había transitado tan de cerca,
Ni el paraíso vivenciarlo en su máximo resplandor
Solo se que un día sus aguas milagrosas
De cebada y de vino me bañaran
Y en una tarde milenaria y colapsada de emociones
Los melones giraran, desde las dunas y desde las lomas
Hacia la costas y hacia los arenales,
Mientras la zona turbia gobierna el tiempo de las tardes
De esta playa eterna y legendaria
Donde el Eric aún deja huellas indelebles
En nuestras almas reincidentes
Y en nuestro mar solapado y pernicioso… F.S YANTEN
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